EL PASO AL COLEGIO DESDE LA ESCUELA INFANTIL

11.05.2012 14:12

 El paso al colegio es algo que a todos los padres nos suele costar mucho.

Las familias cuando llegan al colegio se quejan de la relación tan fria que se mantiene. Cuando las familias llegan al colegio, lo primero que se encuentran es un muro, a veces real y otras ficticio, que el colegio levanta delante de las familias, con objeto de marcar tu aquí y yo aquí. Se muestran muy interesados en dejar claro cual es el lugar de cada miembro, en definitiva marcan su superioridad, su plena sabiduría, su pedestal. Las familias a veces deben ser educadas en su papel correcto, dentro del centro educativo, pero , a veces, otras muchas familias, tienen muy claro que la educación es una labor conjunta, de maestros y padres, de plena colaboración y participación. ¿Qué ocurre cuando levanta el centro estos muros?, diciendo "no puedes entrar, los niños entran solos", pues que las familias hacen caso a esa norma, la aceptan con resignación y cuando es necesario que colaboren aportando material, por ejemplo, no  se encuentran con motivación para participar y colaborar. Y es normal, desde luego si solo me llamas para cuando te interesa y cuando a mi me interesa, no me llamas, mejor que no lo hagas nunca, esta frase tan básica, sirve para todas las relaciones sociales, incluso la que se establece entre maestro y familia. 

     El centro no puede conformarse con esas pequeñas colaboraciones puntuales, las familias desean el dia a dia, una realación plena y verdadera que les permita sentirse acogidas de verdad, escuchadas, valoradas..... Nos cuesta mucho en los centros en general, permitir que los padres nos vean, es como si nos examinaran. Creo que los profesionales nos tenemos que abrir, abrirnos a las familias y sobre todo abrirnos a los compañeros, los niños y lo que yo hago en mi aula es cosa de todos, familias, compañeros... Cuando la escuela permite la entrada en el aula de las familias, cuando se les pide que se impliquen de veras, éstas lo hacen y lo hacen siempre al 100% sin pedir nada a cambio, todo lo contrario, además los profesionales ganamos más confianza de ellos en nosotros, incluso intentan llevar a cabo las pautas que les ofrecemos. Esta reflexión está fundamentada evolutivamente y sobre todo por la teoría psicosocial, de la que tanto hablamos ahora en las aulas. Son muchas las formas de participar con las familias, para ello es fundamental crear espacios para ellas. Cuando el profesional dedica un minuto de su tiempo a comentar en un panel lo acontecido en el aula, cuando les informamos de lo que se está trabajando en el aula, cuando somos capaces de buscar tiempos para poder transmitirles información, o para poder realizar tutorias, estamos faciliitando esta relación.

 

Las familias tienen hoy en dia una amplia oferta educaciva, por este motivo, los profesionales, debemos de considerar muy importante la información que les ofrecemos y la imagen que reciben de nosotros en las jornadas de puertas abiertas o en esas primeras reuniones informativas. Es importante cuidar la estética del centro, pero sobre todo es muy importante la forma de dirigirnos a ellos, como les contamos nuestro trabajo, la importancia que damos a determinados aspectos educativos y no educativos, y sobre todo la confianza que seamos capaces de transmitir en estos primeros momentos. Es en este pun to donde la asertividad del educador juego un papel importante, si en este primer contacto, somos capaces de ponernos en su lugar, de entender sus miedos, de calmar esa ansiedad que le produce a la familia el nuevo paso, las familias se relajarán y comenzarán a entender nuestra labor, a confiar algo en nosotros y por tanto, comenzaremos una relación que con el tiempo será más estrecha. Cuidar a las familias es algo básico, nuestros programas son muy importantes para ellas, pero a veces un programa puede hecharse a perder por una mala actitud del centro o un comentario fuera de lugar, todo debe ser muy cuidado y desde luego es básico explicar de forma clara y cercana nuestro centro y nuestro proyecto.

      Cuando la familia se siente participe, cree en nuestro trabajo, nos valora y sobre todo nos apoya, es interesante y adecuado el decreto reciente sobre la autoridad del maestro, pero en las edades en las que nos movemos, creo que con una estrecha relación con la familia y mostrando una adecuada asertividad y empatia con ellas, no es necesario tener presente este decreto.

    En mis años de experiencia e podido disfrutar de los padres dentro del aula, unas veces como protagonistas contando su profesión, y sobre todo la mejor experiencia y de la que más grato recuerdo tengo, fue cuando organicé con mi compañera de nivel, talleres dentro del aula con las familias. Elegimos un día, para que nos realizaran unas cajas grandes que utilizaríamos de construcciones. Los padres realizaron su trabajo, hacer las cajas, pero además observaron como se comportaban sus hijos y el resto, entendieron lo importante que es saber escucharles, como algunos se sienten inseguros, como es posible realizar cosas junto a ellos y con ellos, y sobre todo mientras que realizaban las construcciones, mantenían conversaciones sobre sus dudas, dificultades en la crianza. Entre ellas se ofrecían consejos, muchos de ellos muy adecuados, y luego esperaban la respuesta nuestra como profesionales. En otros momentos les pedimos ayuda para poder realizar talleres de agua, por falta de medios, necesitabos ayuda para poder controlar el taller y para luego poder cambiar a los pequeños, pues los realizabamos dentro del aula en invierno, motivo por el cual, tras el taller teníamos que organizar el cambio completo de ropa de todos los pequeños. Con estos talleres en los que trabajabamos codo con codo, solo teníamos que explicarles cual era su papel. Las familias en todo momento nos comentaban su actuación, y desde luego aprendieron a reconocer nuestro trabajo y a entender la importancia de algunas actividades que si no se viven no se entienden. Con respecto a este tema, remito a leer el libro, LA INTELIGENCIA SE CONSTRUYE USÁNDOLA, basado en las experiencias de Reggio Emilia. La relación con las familias debe ser cuidada, valorada y sobre todo programada. Pero antes debemos estar convencidos de nuestra humildad como profesionales, tenemos que valorarnos más, cuando un maestro está convencido de su método, no le importa compartirlo, criticarlo, comentarlo y mejorarlo con los otros, incluso con las familias, pues ellas nos tienen mucho que enseñar. Por eso, hago uso de esta página para agradecer a todas y cada una de las familias que en estos 10 años han pasado por mis aulas, por su dedicación e implicación, pero sobre todo por todo lo que me han enseñado, gracias a ellas, perdí un dia el miedo y comencé a programar todos los cursos entradas en el aula y trabajo en talleres con ellas, durante las horas escolares. GRACIAS A TOD@S mis padres y madres, abuelos y abuelas...

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