ASPERGER
TRASTORNOS DEL ESPECTRO AUTISTA DE ALTO FUNCIONAMIENTO
GUIÍA PARA EDUCADORES Y FAMILIARES
CAPÍTULO I: Evolución conceptual de los trastornos relacionados con el autismo
I.1.- Breve repaso del marco histórico
Para entender el significado de los términos “autismo” y Asperger” nos tenemos que remitir a dos insignes médicos: Leo Kanner y Hans Asperger. A partir del artículo “trastornos autísticos del contacto afectivo” (Kanner, 1943) se pueden extraer las características esenciales de lo que denominó “autismo infantil precoz”:
1.- Dificultad para la interacción social recíproca, con una extremada soledad: Es decir, incapacidad del niño para relacionarse con otras personas.
2.- Alteraciones muy severas del lenguaje y de la comunicación, tanto en el plano expresivo como receptivo.
3.- Insistencia obsesiva en la invarianza. Es decir, necesidad de que nada cambie, que todo permanezca igual.
En 1944, Hans Asperger daba a conocer la descripción de 4 niños de edades comprendidas entre los 6 y los 11 años, que presentaban como característica común una marcada discapacidad para la interacción social, a pesar de su aparente adecuación cognitiva y verbal, y cuya identificación clínica daba nombre a su informe. “Psicopatía autística en la niñez (Asperger, 1944). Estas características quedan recogidas en el cuadro 1.1.
CUADRO 1.1.
Características clínicas de la “psicopatía autística” de Asperger
(1.944)
a) Anomalías en el contacto visual. b) Habla nasal, algunas veces demasiado suave y otras veces inapropiadamente alta, monótona. c) Lenguaje sobreelaborado, dificultad con los significados literales de las palabras y uso idiosincrásico del lenguaje. d) “Inteligencia autística”, sesgada en erudición sobre temas especiales (intereses obsesivos en fuentes, ventiladores, horarios de tren, etc.). e) Relaciones sociales deterioradas y conducta fluctuante entre aislado o raro. f) Perturbaciones en atención y concentración. g) Rabietas o enfados especialmente con sus familiares y conocidos. h) Pensamientos y preocupaciones raros. i) Torpeza motora.
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I.2.- SUBGRUPOS DE TRASTORNOS DEL ESPECTRO AUTISTA
En la medida en que se fueron realizando más investigaciones sobre ambos grupos de niños (con autismo y con síndrome de Asperger), las descripciones originales de Kanner y Asperger han ido cambiando. De esta forma, desde la década de los 70 se empezó a estudiar el autismo desde la perspectiva del desarrollo evolutivo normal, contrastándolo con el desarrollo alterado que presentaban los niños con autismo. Desde este momento se empieza a considerar el autismo como un trastorno del desarrollo.
Las clasificaciones internacionales (DSM y CIE) lo ubicaron en el eje correspondiente a los Trastornos de inicio en la infancia, niñez y adolescencia y bajo la etiqueta amplia de “Pervasive Developmental Disorder”. Traducido posteriormente por “Trastornos Profundos del Desarrollo” y más tarde popr “Trastornos Generalizados del Desarrollo” (TGD en adelante).
El subtipo principal de los TGD corresponde al Trastorno Autista (TEA, en adelante), quedando otra etiqueta de Trastornos Generalizados del Desarrollo No Especificados (TGDNE), en adelante.) para el resto de niños con características similares al autismo pero que no cumplen con todos los criterios diagnósticos. El concepto de TGD cuenta con las limitaciones propias de las definiciones categoriales, (no es un síndrome discreto), por lo que se producen importantes controversias en su delimitación y clasificación.
A su vez, la hipótesis del continuo autista fue propuesta por Wing con el fin de recoger y explicar los distintos grados de afectación en los déficits nucleares de este colectivo: la interacción social, la comunicación y la imaginación. Es a partir del estudio epidemiológico de Lorna Wing y Judith Gould (1979) cuando se empezó a considerar que la mayoría de los niños que presentaban dificultades sociales severas también compartían algunas de las otras alteraciones que define el autismo, pudiéndose establecer un continuo en el que en un extremo se situaría el desarrollo normal y en el otro el autismo clásico (síndrome de Kanner), ubicándose entre medias el resto de los casos. Esta casuística de casos intermedios se incluyeron en el DSM-III bajo la etiqueta amplia de TGDNE
El conjunto de las tres alteraciones nucleares, que se conoce a partir de entonces con el nombre de la “tríada de Wing” son las siguientes:
1. Trastorno de la relación social.
2. Trastorno de la comunicación, incluyendo expresión y comprensión del lenguaje.
3. Falta de flexibilidad mental, que condiciona un número restringido de conductas y una limitación en las actividades que requieren cierto grado de imaginación.
Estas alteraciones pueden estar presentes en mayor o menor intensidad, y constituyen la base para la clasificación de los TGD en los sistemas clasificatorios y de diagnóstico oficiales.
A partir de la evolución teórica y experimental de la noción de continuo autista surge la noción de “espectro autista”, que fue utilizada por primera vez por Allen (1988), aunque su uso no comenzó a generalizarse hasta 1977, con la publicación de trabajos como el de Lorna Wing(1996), o el de Ángel Rivière(1997). El término “espectro” suele utilizarse en Psiquiatría para sugerir que todos los componentes están conceptual y etiológicamente relacionados, pero que difieren en severidad (Tager-Flusberg, Joseph y Folstein,2001).
A partir de 1994, con el DSM-IV, se incluyen dentro de los TGD cinco categorías diagnósticas: Trastorno Autista, Trastorno de Rett, Trastorno Desintegrativo Infantil, Trastorno de Asperger y Trastorno Generalizado del Desarrollo No Especificado . El nexo común de todos ellos es la tríada de Wing (dificultades en la relación social, en la comunicación y lenguaje y en las actividades e intereses).
Derivado de la consideración del TA como un continuo, Rivière indica seis dimensiones de alteración características del trastorno, con 4 niveles distintos de afectación (Rivière,1997). El cuadro 1,2 recoge exclusivamente los síntomas referidos al nivel con menor grado de sintomatología autista, característicos de las personas con Autismo de Alto Funcionamiento.
CUADRO 1.2.
Dimensiones del continuo Autista de Alto Funcionamiento (AAF).
(Simplificado a partir de Rivière, 2.001, pp. 39-40)
1.- Trastornos cualitativos de la relación social. Alguna motivación por la relación con iguales, pero dificultada para establecerla por falta de empatía y de comprensión de sutilezas sociales. 2.- Trastornos de las funciones comunicativas. Ausencia del empleo de conductas comunicativas de declarar, comentar, etc., que no sólo buscan cambiar el mundo físico. Suele haber escasez de declaraciones “internas” y comunicación poco recíproca y empática. 3.- Trastornos del lenguaje. Lenguaje discursivo. Capacidad de conversar con limitaciones. Alteraciones sutiles de las funciones comunicativas y la prosodia del lenguaje. 4.- Trastornos y limitaciones de la imaginación. Ficciones complejas, utilizadas como recursos para aislarse. Limitadas en contenidos. 5.- Trastornos de la flexibilidad. Contenidos limitados y obsesivos de pensamiento. Intereses poco funcionales, no relacionados con el mundo social en sentido amplio, y limitados en su gama. 6.- Trastornos del sentido de la actividad. Logros complejos (por ejemplo, de ciclos escolares), pero que no se integran en la imagen de un “yo proyectado en el futuro”. Motivos de logro superficiales, externos, poco flexibles.
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CAPÍTULO II. Caracterización clínica y psicopedagógica de TEA- AF
II.1.- CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS
II.1.1.- CRITERIOS DIAGNÓSTICOS
Los resultados de numerosas investigaciones parecen confirmar la hipótesis de que las diferencias entre las personas con SA y con AAF serían más bien de tipo cuantitativo que propiamente cualitativo, consolidando la propuesta de subclasificación diagnóstica del llamado “continuo autista”. No obstante, en los manuales diagnósticos el SA está incluido como uno de los TGD, teniendo una entidad diagnóstica propia y diferenciada del TEA. En el cuadro 2.1 se presentan los criterios diagnósticos actuales del DSM-IV-TR (APA, 2002) para el SA
CUADRO 2.1.
Criterios diagnósticos del DSM-IV-TR (APA 2.002) para el Trastorno de Asperger
A. Alteración cualitativa de la interacción social, manifestada al menos por dos de las siguientes características: 1) Importante alteración del uso de múltiples comportamientos no verbales como contacto ocular, expresión facial, posturas corporales y gestos reguladores de la interacción social. 2) Incapacidad para desarrollar relaciones con compañeros apropiadas al nivel de desarrollo del sujeto. 3) Ausencia de la tendencia espontánea a compartir disfrutes, intereses y objetivos con otras personas (p. ej., no mostrar, traer o enseñar a otras personas objetos de interés). 4) Ausencia de reciprocidad social o emocional. B. Patrones de comportamiento, intereses y actividades restrictivos, repetitivos y estereotipados, manifestados al menos por una de las siguientes características: 1) Preocupación absorbente por uno o más patrones de interés estereotipados y restrictivos que son anormales, sea por su intensidad, sea por su objetivo. 2) Adhesión aparentemente inflexible a rutinas y rituales específicos, no funcionales. 3) Manierismos motores estereotipados y repetitivos (p. ej., sacudir o girar manos o dedos, o movimientos complejos de todo el cuerpo). 4) Preocupación persistente por partes de objetos. C. El trastorno causa un deterioro clínicamente significativo de la actividad social, laboral y de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
D. No hay retraso general del lenguaje clínicamente significativo (p. ej., a los dos años de edad utiliza palabras sencillas, a los tres años de edad utiliza frases comunicativas).
E. No hay retraso clínicamente significativo del desarrollo cognoscitivo ni del desarrollo de habilidades de autoayuda propias de la edad, comportamiento adaptativo (distinto de la interacción social) y curiosidad acerca del ambiente durante la infancia.
F. No cumple los criterios de otro trastorno generalizado del desarrollo ni de esquizofrenia.
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El DSM-IV-TR establece que las diferencias entre el SA y el TEA son cualitativas y las sitúa en que las personas con SA no presentarían problemas en uno de los tres elementos de la tríada (las dificultades en la comunicación y el lenguaje) y tendrían un desarrollo cognoscitivo conservado, cosa que no ocurre en el TEA (ver cuadro 2.2)
CUADRO 2.2.
Criterios diagnósticos del DSM-IV-TR (APA, 2.002)
para el trastorno autista
A. Existe un total de 6 (o más) ítems de 1,2, y 3, con por lo menos dos de 1, y uno de 2 y de 3: 1.- Alteración cualitativa de la interacción social, manifestada al menos por dos de las siguientes características: a) Importante alteración del uso de múltiples comportamientos no verbales, como son contacto ocular, expresión facial, posturas corporales y gestos reguladores de la interacción social. b) Incapacidad para desarrollar relaciones con compañeros adecuadas al nivel de desarrollo. c) Ausencia de la tendencia espontánea para compartir con otras personas disfrutes, intereses y objetivos (e.g. no mostrar, no traer o señalar objetos de interés). d) Falta de reciprocidad social o emocional. 2.- Alteración cualitativa de la comunicación manifestada al menos por una de las siguientes características: a) Retraso o ausencia total de desarrollo del lenguaje oral (no acompañado de intentos para compensarlo mediante modos alternativos de comunicación, tales como gestos o mímica). b) En sujetos con un habla adecuada, alteración importante de la capacidad para iniciar o mantener una conversación con otros. c) Utilización estereotipada y repetitiva del lenguaje o lenguaje idiosincrático. d) Ausencia del juego realista espontáneo, variado, o del juego imitativo social propio del nivel de desarrollo. 3.- Patrones de comportamiento, intereses y actividades restringidos, repetitivos y estereotipados, manifestados por lo menos mediante una de las siguientes características: a) Preocupación absorbente por uno o más patrones estereotipados y restrictivos de interés que resulta anormal, sea en su intensidad, sea en su objetivo. b) Adhesión aparentemente inflexible a rutinas o rituales específicos, no funcionales. c) Manierismos motores estereotipados y repetitivos (e.g. sacudir o girar las manos o dedos, o movimientos complejos de todo el cuerpo). d) Preocupación persistente por partes de objetos.
B. Retraso o funcionamiento anormal en por lo menos una de las siguientes áreas, que aparece antes de los 3 años de edad: 1) interacción social, 2) lenguaje utilizado en la comunicación social o 3) juego simbólico o imaginativo. C. El trastorno no se explica mejor por la presencia de un trastorno de Rett o de un trastorno desintegrativo infantil.
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Aunque los criterios diagnósticos son muy similares para el SA y el TA, en el primero no aparecen síntomas referidos al lenguaje y la comunicación, ni criterios de edad de comienzo de los síntomas. Tampoco tiene relevancia la tardanza significativa de la adquisición del lenguaje, el aspecto cognoscitivo y las habilidades de autoayuda, mientras no muestren un retraso general clínicamente significativo. Las anormalidades en la interacción social y en los intereses restringidos o la conducta repetitiva son criterios idénticos para ambos trastornos (ver cuadro 2,3).
CUADRO 2.3.
Comparación de los criterios diagnósticos del DSM-IV-TR
para el Trastorno Autista y para el Síndrome de Asperger
TRASTORNO AUTISTA
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SÍNDROME DE ASPERGER |
- Alteración en interacción social. - Alteración en comunicación. - Patrones de comportamiento, intereses y actividades restringidos, repetitivos y estereotipados. - Retraso o funcionamiento anormal en 1) interacción social, 2) lenguaje utilizado en la comunicación social o 3) juego simbólicos o imaginativo.
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- Alteración en interacción social. - No hay retraso general del lenguaje clínicamente significativo. - Patrones de comportamiento, interese y actividades restrictivos, repetitivos y estereotipados. - Deterioro clínicamente significativo de la actividad social y laboral. - No hay retraso clínicamente significativo del desarrollo cognoscitivo. |
II.2.- CARACTERÍSTICAS PSICOPEDAGÓGICAS. HABILIDADES Y DIFICULTADES
II.2.1. ENFOQUE PARA LA DESCRIPCIÓN DE LAS HABILIDADES Y DIFICULTADES
El término “Aspie” resume una nueva perspectiva de estudio del colectivo que nos ocupa. El énfasis se pone en los aspectos positivos, en los “puntos fuertes” más que en las deficiencias. Autores como Tonny Attwood o Carol Gray también se han unido a este enfoque, desarrollando unos “criterios diagnósticos”, similares en la forma a los propuestos por el Manual Diagnóstico y Estadístico (DSM), pero subrayando el contenido positivo de cada núcleo de observación. Estos “criterios para el descubrimiento de los Aspie” se presentan en el cuadro 2.4
CUADRO 2.4.
Criterios para el descubrimiento de los “Aspie”
(tomado de Gray, Attwood y Holliday-Willey, 1.999)
A. Una ventaja cualitativa en interacción social, manifestada por una mayoría de los siguientes elementos: 1. Relaciones con los iguales caracterizadas por lealtad absoluta y seriedad impecable. 2. Ausencia de discriminación por sexo, edad, o cultura; capacidad de considerar a los otros tal y como son. 3. Comunicación de lo que se piensa realmente, independientemente del contexto social o las convicciones personales. 4. Capacidad de perseverar en su teoría o perspectiva personal a pesar de existir una evidencia contraria. 5. Búsqueda de amigos capaces de entusiasmarse por sus intereses y temas particulares. Atención a los detalles; posibilidad de pasar largo tiempo discutiendo un tema que puede no ser de importancia capital. 6. Capacidad de escucha sin emitir juicios o suposiciones continuamente. 7. Principalmente interesado en las contribuciones significativas a la conversación; evita la “charla ritualista” o las declaraciones socialmente triviales, así como la conversación superficial. 8. Búsqueda de amigos sinceros, positivos, con sentido del humor. B. Habla “Aspergeriana”, un lenguaje social caracterizado por al menos tres de la siguientes características: 1. Interés centrado en la búsqueda de la verdad. 2. Conversación “transparente”, sin sentido o motivación oculta. 3. Vocabulario avanzado e interés por las palabras mismas. 4. Fascinación por el humor basado en las palabras, por ejemplo, mediante los juegos de palabras. 5. Empleo avanzado de las metáforas visuales o gráficas. C. Habilidades cognoscitivas caracterizadas por al menos cuatro de los siguientes rasgos: 1. Preferencia por “el detalle” antes que por “el todo” (Gestalt). 2. Perspectiva original, a menudo única, en la manera de solucionar los problemas. 3. Memoria excepcional y/o recuerdo de detalles a menudo olvidados o desatendidos por otros, por ejemplo: nombres, fechas, horarios, rutinas. 4. Perseverancia ávida en la reunión y catalogación de información sobre un tema de interés. 5. Pensamiento persistente. 6. Conocimiento enciclopédico (del tipo CD-ROM) sobre uno o más temas. 7. Conocimiento de las rutinas, así como un deseo manifiesto por mantener el orden y la precisión. 8. Claridad de valores. Las tomas de decisiones no están influidas por factores políticos o financieros. D. Posibles rasgos contingentes: 1. Extremada sensibilidad respecto a experiencias o estímulos sensoriales específicos, por ejemplo: a un determinado sonido, una textura concreta, una visión, y/o un olor. 2. Capacidad de sobresalir en deportes individuales y juegos, en particular los que implican resistencia o precisión visual, incluyendo remo, natación, bolos, ajedrez, etc. 3. “Héroe social desconocido” con un optimismo confiado: frecuentemente es la víctima de las debilidades sociales de los otros, mientras se mantiene firme en la creencia de la posibilidad de que sean verdaderos amigos. 4. Mayor probabilidad que la población general de asistir a la Universidad tras el Instituto. 5. A menudo cuida de personas que tienen un desarrollo atípico. |
Simón Barón- Cohen también se une a esta nueva visión y plantea la posibilidad de que las características definitorias de esta discapacidad sean consideradas de forma positiva, es decir, que una persona con TEA-AF sea considerada “diferente” en vez de “deficiente” Para ello parte de la existencia del “continuo de gradación” de las características alteradas, a lo largo del que todas las personas participan en mayor o menor medida. Para apoyar esta concepción argumenta diferentes “puntos fuertes” de las personas que representan este colectivo:
1. El niño pasa más tiempo ocupado con objetos y sistemas físicos que con la gente.
2 El niño emplea menos tiempo en comunicarse que los otros niños.
3 El niño tiende a seguir sus propios deseos y creencias más que a prestar atención a
los de los demás, o a ser fácilmente influenciado por los deseos y creencias de
otros.
4 El niño manifiesta relativamente poco interés en lo que hace el grupo social, o por
integrarse en él
5 El niño tiene intereses fuertes y persistentes
6 El niño es muy exacto en la percepción de los detalles de la información
El niño percibe y recuerda cosas que otra gente no suele recordar.
7 El punto de vista del niño de lo que es relevante es importante en una situación puede no coincidir con el de otros.
8 El niño puede fascinarse por el entorno material, ya sea visual, numérico (horarios…), alfanumérico, o listas (de coches, canciones…)
9 El niño puede fascinarse por sistemas, ya sean simples (interruptores..), o un poco más complejos (meteorológicos…), o abstractos (matemáticos…).
10 El niño puede invertir tiempo y desplazamientos para recoger muestras de objetos de su interés (chapas, mapas de tren…) o de sus clasificaciones de información (los tipos de dinosaurios, los tipos de roca, los tipos de tela…).
11 El niño tiene gran preferencia por las experiencias controlables más que por las imprevisibles.
Pero esta visión positiva de las fortalezas que tienen estas personas no pueden ocultar las dificultades o debilidades que también están presentes. Las dificultades sociales, emocionales, conductuales, cognitivas y comunicativas más relevantes de las personas con TEA-AF se resumen en el cuadro 2.5
CUADRO 2.5.
Características de las personas con TEA-AF
(sistematizado por Olivar, 2.002)
- C.I.T. > 70. competencias cognitivas altas en inteligencia “impersonal”. - Dificultades en la relación social. - Dificultades en la expresión emocional. - Lenguaje gramatical formalmente correcto. - Anomalías prosódicas del lenguaje (entonación). - Dificultades en el uso social del lenguaje (pragmática). Conversaciones. - Patrón inflexible de funcionamiento mental.
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CAPÍTULO III: LA INTERACCIÓN SOCIAL
III.1.- CARACTERÍSTICAS DE LA INTERACCIÓN SOCIAL
En las personas con TEA las relaciones de amistad se ven seriamente comprometidas por la dificultad que presentan para tener en cuenta las necesidades de sus interlocutores. Suelen ser socialmente torpes al carecer de habilidades necesarias para hacer inferencias correctas acerca de sus interlocutores. Esto hace que en muchas ocasiones prefieran la soledad
En el ámbito socioemocional significamos lo siguiente: las emociones positivas las identifican con aspectos concretos y fijos de la realidad y las negativas las asocian a pérdidas de bienes materiales, pero no se comparten las emociones. La dificultad para expresar y compartir emociones, hace que tarden mucho tiempo, hasta casi la adolescencia, en demostrar su capacidad de empatía, que se pone especialmente de manifiesto en los aspectos sociales de la comunicación.
Respecto a las habilidades sociales significar, que destacan sus dificultades en la comunicación no verbal y en la expresión y comprensión del lenguaje corporal y de las expresiones faciales. Tienen serias dificultades para comprender los aspectos complejos de los intercambios sociales. Esto implica que en muchas ocasiones puedan aparecer como muy sensibles a las críticas de los demás, e incluso puedan ser rechazados por los otros por “egoístas”, cuando en realidad estarían mejor conceptualizados como “egocéntricos”.
CUADRO 3.1.
Puntos “fuertes” el área de las relaciones sociales
de las personas con TEA-AF (De la Iglesia y Olivar, 2.005)
- Ingenuidad. Honestidad. Nobleza. Carencia de maldad, interese ocultos o dobles sentidos. - Lealtad y fidelidad incondicional. - Importante memoria facial y de los nombres de las personas que conocen, incluso aunque haga mucho tiempo que no se reúnen. - Seriedad. Sentido del humor sencillo. - Sinceridad. Por ejemplo, en los juegos ni mientes ni hacen trampas. - Objetividad en sus calificaciones e impresiones sobre el resto de personas. - Voluntariedad: perseverancia en el punto de vista que consideran correcto. - “Economizadores” del tiempo. Puntualidad, no pierden el tiempo en convenciones sociales. - Conversaciones funcionales.
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CUADRO 3.2.
Puntos “débiles en el área de las relaciones sociales
de las personas con TEA-AF (sistematizado por Olivar, 2.000)
- Tienen problemas para comprender las reglas complejas de interacción social. - Presentan dificultades para compartir emociones. - Muestran dificultades para compartir preocupaciones conjuntas con quienes les rodean. - Tienen deseo de relacionarse con sus compañeros, pero fracasan en sus intentos por conseguirlo. - Son parcialmente conscientes de su “soledad” y de su dificultad de relación.
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CAPÍTULO IV. LENGUAJE Y COMUNICACIÓN
CUADRO 4.1.
“Puntos fuertes” en el área de la comunicación
y lenguaje de las personas con TEA-AF
(De la Iglesia y Olivar, 2.005)
- Conversaciones con contenido teórico de alto nivel (especialmente si versan sobre sus áreas de interés). - Vocabulario amplio, técnico, especializado y en ocasiones “erudito” o “enciclopédico” sobre algunos temas. - Gusto por juegos de palabras ingeniosos. - Atención a detalles de la conversación. - Puntos de vista originales sobre ciertos temas. - Memoria excepcional para los temas de su interés. - Coherencia y persistencia en su línea de pensamiento, independientemente de modas. - En muchas ocasiones podrán tener un historial de hiperlexia (lectura mecánica precoz carente de comprensión) o ser considerados hiperverbales, puesto que cuantitativamente su producción lingüística puede ser muy abundante.
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CUADRO 4.2.
Puntos “débiles” en el área de la comunicación y lenguaje
de las personas con TAE-AF (sistematizado por Olivar, 2.000)
- Tienen conversaciones, pero tienden a ser lacónicas, breves, literales. - Son conscientes de la dificultad para encontrar temas de conversación. - Tienen dificultades para iniciar las conversaciones para introducir un tema nuevo, para diferenciar la información “nueva” de la “ya dada”. - Presentar dificultades en los cambios de roles conversacionales. - Se adaptan con dificultad a las necesidades comunicativas de sus interlocutores. - Lenguaje “pedante”. Lenguaje muy superior, gramaticalmente, al de sus iguales. - Tienen dificultades en la comprensión y uso del lenguaje figurativo (metáforas, ironías, chistes). - Muestras dificultades en la comunicación referencial.
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CUADRO 4.3.
Evidencia de las dificultades pragmáticas en las personas con
TEA-AF (Modificado a partir de Martín y McDonald, 2.003)
Dificultades pragmáticas
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Autores y estudios
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Comprensión: |
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Literalidad |
Happè (1.993); Happè y Frith (1.996) |
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Comprensión del humor |
Ozonoff y Miller (1.996) |
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Expresión: |
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Comentarios sociales inapropiados y desinhibidos |
Ozonoff y Miller (1.996) |
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Lenguaje tangencial e hiperverbal |
Attwood (1.998); Szarmari et al. (1.989) |
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Lenguaje verbal pedante |
Ghziuddin y Gerstenin (1.996); Happé y Frith (1.996) |
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Pobre fluencia (carencia de cohesión, etc) |
Szatmari et al. (1.989) |
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Comunicación referencial |
Loveland et al. (1.989); Loveland y Tunali (1.993); Olivar y Belinchón (1.997; 2.999); Volden et al. (1.997) |
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Afecto: |
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Prosodia (tono emocional) |
Happè y Frith (1.996) |
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Identificación de emociones en las expresiones faciales |
Baron-Cohen et al. (1.995); Hadwin et.al. (1.996); Happè y Frith (1.996); Ozonoff et al. (1.990) |
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CAPÍTULO V: ACTIVIDADES E INTERESES. PERFIL COGNITIVO Y DE APRENDIZAJE
CUADRO 5.1.
“Puntos fuertes” en el área de las actividades e intereses
de las personas con TEA-AF
(De la Iglesia y Olivar, 2.005)
- Intereses muy centrados en algunas áreas (por ejemplo, las locomotoras), en las que suelen convertirse en expertos. - Recopilación constante de información tanto material como verbal acerca des sus áreas de interés. - Fuente de satisfacción y relajación cuando los temas de conversación o interacción versan sobres sus intereses. - Fidelidad a la temática de interés a lo largo del tiempo. - Importante punto de partida de cara a la orientación vocacional.
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CUADRO 5.2.
Puntos “débiles” en el área de las actividades e intereses
de las personas con TEA-AF (sistematizado por Olivar, 2.000)
- Los contenidos de su pensamiento suelen ser obsesivos y limitados, con preocupaciones “raras”. - Presentan intereses poco funcionales y no relacionados con el mundo social. - Hacen preguntas repetitivas sobres sus propios intereses. - Se muestran muy perfeccionistas (rígidos) en la realización de las tareas. - Tienen dificultades para integrar información procedente de varias modalidades sensoriales (por ejemplo, visual y auditiva). - Tienen problemas en la planificación y control cognitivo de la conducta (funciones ejecutivas). |
TABLA INFORMATIVA DE LOS ASPECTOS A EVALUAR Y PRUEBAS A UTILIZAR
ASPECTOS |
PRUEBAS A UTILIZAR |
CONDUCTA |
IDEA: Inventario del Espectro Autista de Riviere ADIR: Entrevista para el Diagnóstico del Autismo: M.Ruter y otros. CAST: El Test Infantil del Síndrome de Asperger, de Fiona J. Scott y otros ASSQ: El Cuestionario de Cribaje para Espectro Autista de Alto Funcionamiento de Stephan Ehlers, Christopher Gillberg y Lorna Wing ASAS: La Escala Australiana para el Síndrome de Asperger de Tony Attwood M-CHAT/ES: El Cuestionario del Desarrollo Comunicativo y Social en la Infancia de Robins y otros. Lista de 104 conductas para el diagnóstico del autismo, de Rivière
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LENGUAJE |
ITPA PLON TSA Cuestionario de Comunicación Social (Scrennig del ADI-R)
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DESARROLLO COGNITIVO |
WPPSI, WISC R, WISC- IV MSCA K-ABC de Kauffman K-BIT de Kauffman RAVEN
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DSM-IV
Criterios para el diagnóstico del F84.5. Trastorno de Asperger (299.80)
C. El trastorno causa un deterioro clínicamente significativo de la actividad social, laboral y otras áreas importantes de la actividad del individuo. |
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D. No hay retraso general del lenguaje clínicamente significativo (p. ej., a los 2 años de edad utiliza palabras sencillas, a los 3 años de edad utiliza frases comunicativas). |
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F. No cumple los criterios de otro trastorno generalizado del desarrollo ni de esquizofrenia. |
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Criterios para el diagnóstico del Síndrome de Asperger según Christopher Gillberg
1) Déficit en la interacción social. (se tienen que demostrar al menos dos de
los siguientes síntomas):
• Incapacidad para la interacción social con iguales.
• Ausencia de deseo e interés en las relaciones sociales con iguales.
• Ausencia o capacidad disminuida para la apreciación de claves sociales.
• Patrones de comportamiento sociales y respuestas emocionales inapropiadas a la situación.
2) Dificultades o alteraciones del lenguaje (se tienen que demostrar al menos
tres de los siguientes síntomas):
• Retraso inicial en el desarrollo del lenguaje.
• Lenguaje expresivo superficialmente perfecto.
• Lenguaje formal y pedante.
• Características peculiares en el ritmo del habla, la entonación de la voz y la prosodia.
• Déficit de la comprensión o interpretación literal del significado de las expresiones ambiguas o idiomáticas.
3) Desarrollo de un repertorio repetitivo y restrictivo de intereses y actividades
actividades. (se tienen que demostrar al menos uno de los siguientes síntomas):
• Preocupación absorbente por ciertos temas de interés con la consecuente exclusión
de otras actividades.
• Adhesión repetitiva e inflexible a rutinas.
• Intereses obsesivos: suelen acumular grandes cantidades de información sobre el
tema que les interesa.
4) Imposición de rutinas e intereses. (se tiene que demostrar al menos uno de los
siguientes síntomas):
• Imposición de las rutinas sobre sí mismo.
• Imposición de rutinas e intereses sobre los demás.
5) Disfunción de la comunicación no-verbal. (se tiene que demostrar al menos uno
de los siguientes):
• Uso limitado y restringido de gestos.
• Lenguaje corporal inapropiado.
• Uso limitado de las expresiones faciales.
• Uso inapropiado de las expresiones faciales.