Método PadovanREORGANIZACIÓN NEUROFUNCIONAL - MÉTODO PADOVAN
Beatriz PADOVAN
“La cosa más bella que el hombre puede experimentar es lo misterioso. Esta emoción
fundamental, se encuentra en la raíz de toda ciencia y de todo arte”. A. Einstein.
Hablaremos de cosas muy sencillas y conocidas por todos. Son sencillas porqué
pertenecen a la naturaleza y las conocemos ancestralmente.
Si plantamos una semilla de judía en el sitio adecuado, sabremos de antemano lo que
pasará: germinará, crecerá con sus propias características y producirá judías que en
su interior tendrán semillas semejantes a las que plantamos. Todo esto ocurre porqué
cada semilla posee un programa genético bien preciso. En cada ser vivo es lo mismo.
De la misma manera que sabremos que pasará durante el desarrollo de la judía, en el
ser humano pasará lo mismo: cuando nace un bebé ya sabemos que tendrá las
características de un adulto, hombre o mujer. Todo esto nos parece tan natural -
forma parte de la naturaleza – que ya no hacemos caso de los milagros que sucedan
delante de nosotros: un capullo que se abre, un pájaro que construye su nido, un niño
que intenta andar,... El ser vivo está continuamente cambiando.
El hombre cambia también desde el mismo momento de su concepción hasta el
instante de su muerte. Esto es lo que llamamos desarrollo. Este desarrollo puede
ser motriz, de lenguaje, intelectual o emocional, indistintamente. Todo es desarrollo.
Nuestra personalidad también cambia según nuestras experiencias y nuestros
aprendizajes. El hecho de ser adultos no significa que dejemos de desarrollarnos...
Siempre estamos cambiando, aunque no lo queramos, gracias a las sabias leyes de la
naturaleza.
ANDAR – HABLAR – PENSAR
El desarrollo del ser humano lo podemos abordar de diferentes maneras. Para Rudolf
Steiner la relación que existe entre el andar, la palabra y el pensamiento es primordial
para la comprensión y la aplicación dentro de la educación y, por extensión,
igualmente en los procesos terapéuticos. El afirma que estas tres actividades definen
al ser humano como tal: “el hombre es el ser que anda derecho, que utiliza un lenguaje
codificado y que elabora ideas o sea que piensa”. Es importante entender como R.
Steiner caracteriza cada una de estas actividades.
ANDAR no es tan solo desplazarse. Ponerse de pie y andar es la señal más visible
de un proceso mucho más amplio y complejo. Es un proceso evolutivo que hace que
el niño pase de una posición horizontal a una vertical. Tendrá que vencer la fuerza de
la gravedad, y situar su cuerpo en el espacio con equilibrio y armonía, dominando
todas las direcciones. Antes de poder aguantarse de pie, el niño pasa por diferentes
fases: voltear, rastrear, gatear y andar. Esto pasa cuando el pequeño evoluciona
normalmente. Pero es posible que estas fases no se hayan realizado o bien se hayan
hecho de manera incompleta. En este caso por ejemplo decimos: se ha “saltado” el
gateo. Pero ¿por qué decimos que se ha “saltado” una etapa? Pues porqué
ancestralmente nosotros sabemos que es natural que gatee. Todas estas etapas son
específicas de la naturaleza humana y están implícitas en los impulsos del organismo.
Si estas etapas están programadas genéticamente en el hombre, esto quiere decir que
naturalmente son importantes para el desarrollo del niño.
HABLAR no sólo quiere decir de manera restrictiva el lenguaje oral, sino que incluye
todas las formas de comunicación. Hay diferentes tipos de lenguaje: gestual, mímico,
escrito, matemático, musical, codificado, y otros. Según Pedro Bloch, en Canarias
existe una manera de comunicarse por silbidos, y parece que aún se utiliza en la
iglesia para leer los salmos. Podemos ver que los niños se comunican de diferentes
maneras y que su primera comunicación es su propio cuerpo. Cuando estira los
brazos para que lo cojan, esto ya es comunicación. Como dice Albert Boadella:
“incluso el silencio absoluto nos dice cosas de una persona. Es imposible que el
individuo no pueda comunicar”.
PENSAR no lo tenemos que entender únicamente como la sola posibilidad de crear
ideas, sino como las capacidades de aprender y adaptarse a su propio medio. Un
ejemplo de esto es la historia del niño lobo de Aveyron, en Francia: “Cuando le
encontramos era adolescente y su comportamiento se parecía al de los lobos,
gateaba, lamía el agua exactamente igual que lo hacen los animales, aullaba como los
lobos (era su lenguaje). Esto significa que asimiló y se adaptó al medio donde le tocó
vivir. Pero si cogemos un gatito y lo criamos aislado de su especie, sólo con hombres,
cuando se hará adulto se comportará exactamente igual que los otros gatos: gateará
(no andará derecho como la persona que lo ha criado), maullará (no hablará), tendrá
las mismas reacciones y comportamientos que sus hermanos, como si siempre
hubiese vivido con ellos. ¿Por qué el hombre (el niño lobo) parece haber perdido su
identidad o sus características de hombre (gateando, aullando, etc.) y el gato ha
guardado las suyas de gato? Pues porqué el ser humano tiene la capacidad de
adaptarse y aprender y estas dos características forman parte de él y es lo que R.
Steiner nombra pensamiento.
Generalmente los animales están programados para cumplir su potencial genético, sin
poderlo modificar. El hombre es diferente. También posee su programa genético,
pero necesita de un ambiente adecuado, para hacerlo efectivo. Globalmente seguirá
su proceso de desarrollo, que es igual para todos (pertenece al programa genético),
aprender a andar, hablar y a pensar. Pero además cada uno puede desarrollar sus
propias capacidades. Algunos lo harán con sus capacidades motrices, que están más
ligadas al andar, otros desarrollarán más la palabra, y otros su capacidad intelectual o
sea el pensamiento. Si todo esto es posible es gracias a que el ser humano tiene la
posibilidad de poder escoger, posee el “libre albedrío” ¡Es el poder del pensamiento!
El hombre es el único que tiene esta maravillosa capacidad de pensamiento y que lo
distingue de los animales. La palabra y el pensamiento van muy ligados, es difícil
separar qué pertenece a uno y qué al otro, cuando se trata de actividades
intelectuales.
RELACIONES ENTRE ANDAR, HABLAR Y PENSAR
Siempre hay un signo que caracteriza cada una de estas actividades. Cuando un niño
se pone derecho y se desplaza verticalmente, y esto pasa hacia el año, decimos que
empieza a andar. Entre un año y medio y dos años podemos decir que el niño
empieza a comunicarse con el lenguaje oral. ¿Cuándo podremos decir que el niño
empieza a descubrir su capacidad de pensar, de crear ideas? Para R. Steiner, esto
llega hacia los tres años, en el momento que él dice “YO”, cuando habla de si mismo.
Estas tres actividades están ligadas, son interdependientes y se desarrollan
paralelamente, aunque según la edad una predomine más que la otra, y haya un orden para la
adquisición y manifestación de las características más importantes de cada una.
Como acabamos de decir, el niño empieza a andar hacia el año, a hablar hacia los dos
y a pensar hacia los tres. Durante esta secuencia, Steiner dice que hay una cierta
dependencia entre una actividad y la otra. Afirma: “El cuerpo humano, por un proceso
misterioso, aprende a andar, a orientarse en el espacio, a desplazarse de un sitio a
otro, el hecho de andar se expresa como un lenguaje”.
Esta afirmación nos puede parecer muy extraña, pero el gran foniatra argentino
Quirós, también admite que todo el cuerpo, todo el S.N.C. toma parte en el proceso de
la palabra: “Es difícil encontrar una parte del S.N.C. que no pueda tener relación con la
comunicación o el lenguaje. Incluso la médula espinal, que podría parecer no estar
relacionada con estas funciones esenciales, contribuye de manera muy importante
informando al córtex cerebral de la postura, de los movimientos de las extremidades y
de las otras partes de cuerpo. Esto permite a la persona de poder disponer de todo su
cuerpo para captar o emitir signos y símbolos para la comunicación con sus
congéneres. Nosotros reafirmamos que todo el S.N.C. participa en el lenguaje”.
Piaget como Quirós, también da referencia de la conexión entre estas tres actividades
descritas por Steiner: La inteligencia sensoriomotriz (o sea el andar) que precede al
lenguaje, prepara sobre el terreno la acción elemental, lo que más tarde se
transformará en pensamiento reflexionado. Piaget también afirma que debe existir un
puente entre la inteligencia sensoriomotriz y el pensamiento reflexionado, dice: “... es
el lenguaje que se desarrolla siguiendo un orden definido y que se transformará en
pensamiento sólo cuando sea apto para dejarse transformar”.
¿Qué quiere decir esto? Que para que esto se manifieste todo depende de una
maduración neurológica. Piaget y Steiner dicen lo mismo con diferentes palabras.
Uno habla de andar, de hablar y de pensar, Piaget de inteligencia sensoriomotriz,
lenguaje y pensamiento reflexionado. Otros autores tratan el tema con términos
diferentes pero que quieren decir lo mismo. Vigotski, Luria y Leontiev han publicado
un libro titulado: “Lenguaje, desarrollo y aprendizaje” .Quirós y Schrager han escrito:
“Lenguaje, aprendizaje y psicomotricidad”. Todos tratan el mismo tema, o sea las
relaciones de las tres actividades que constituyen la definición propia del ser humano:
andar, hablar y pensar. De la misma manera que no podemos dividir al hombre, a
ellas tampoco las podemos separar.
De manera que la palabra se desarrolla a partir del andar, el pensamiento se
desarrolla a partir de la evolución del lenguaje. Por un lado la palabra es el vehículo
que transmite el pensamiento y por otro lado no podemos pensar sin lenguaje, El
médico que se ocupaba del niño lobo de Aveyron, le decía al enfermero que le
ayudaba: “Hazle hablar, que así sabremos si puede pensar”. Rozental cuando se
refiere al autismo afirma: “El hecho de no hablar incordia evidentemente el desarrollo
de las otras facultades intelectuales, como el pensamiento abstracto, la formación de
conceptos o el pensamiento crítico, que dependen del desarrollo de las facultades
verbales “.
Analizando todas estas consideraciones me convencí que no servía de nada poner a
una persona delante de un espejo para enseñarle a hablar o a corregir algún defecto
de articulación. Tampoco me servía utilizar los juegos más diversos de figuritas con
los nombres escritos con los mismos fonemas.
Supe de la conferencia de Steiner sobre el andar, hablar y pensar, justo antes de
terminar el curso de Fonoaudiología. Este curso lo terminé insatisfecha, no por la
parte teórica y científica (que era buena, con profesores competentes y un programa
bien elegido), sino por la parte práctica y terapéutica. Yo no quería tratar los síntomas,
sino sus causas, o lo que precede a la causa.
ORGANIZACIÓN NEUROLÓGICA - Temple Fay
Yo creía en lo que Steiner decía, que el proceso de andar es lo que nos lleva a hablar.
Ahora faltaba descubrir cómo.
Tuve la gran suerte de conocer el trabajo de Temple Fay y sus discípulos Carl
Delacato, Glenn Doman, Raimundo Veras, Edward Le Winn y otros.
El proceso natural del conocimiento humano es el apoyo continuo sobre el
conocimiento de nuestros predecesores y preparar el camino de los que vienen detrás.
La humanidad funciona de esta manera en una evolución constante de su
conocimiento. Cuando redactamos un trabajo científico, una tesis, etc. Nos exigen
citas bibliográficas. Esto realmente significa que las ideas nuevas se basan sobre
conocimientos anteriores. La ciencia forma una verdadera pirámide donde cada uno
pone el pie sobre la espalda de los de abajo y tendríamos que estar dispuestos a
ceder la espalda para que la pirámide continúe. Es muy importante ser humildes y ver
que lo poco que hemos conseguido es una contribución para abrir otros caminos. Y
sobre todo no olvidarnos de los que nos han ofrecido sus espaldas.
A veces quien nos ha permitido avanzar, ni él mismo lo sabe, porqué algunos que nos
han dejado sus conocimientos , sus creaciones, sus indicaciones,... ya no existen. De
forma particular y sincera quiero hacer un sencillo homenaje a todos los autores que
he citado, especialmente R. Steiner y Temple Fay, por sus filosofías y conocimientos
que me han permitido tratar a mucha gente que ha venido a verme para aliviar o
eliminar sus dificultades.
Temple Fay, neurocirujano americano, vivió y sufrió la segunda guerra mundial. Con
sus colaboradores, sobretodo Doman y Delacato, pudieron realizar estudios y
experiencias sobre el desarrollo del ser humano, desafiando todos los métodos
practicados en esa época. Además de sus propias experiencias utilizaron el trabajo
monumental de Gesell sobre el desarrollo de los niños normales. Pero estaría fuera
de lugar querer contar toda la historia de los trabajos de Temple Fay, o sea que sólo
citaré los conceptos que le sirvieron de base para desarrollar su método. Su primera
premisa era que la Ontogénesis (desarrollo de cada individuo) resume en algunos
aspectos la Filogénesis (la evolución de las especies). Este desarrollo que hace que
el hombre pase de la posición horizontal, a la vertical y andar, él la nombró
Organización Neurológica (que se produce por medio del propio desarrollo
ontogenético).
Delacato la define así: “La organización Neurológica es el resultado de un desarrollo
nervioso ontogenético continuo, es la mejor condición fisiológica que sólo se finaliza en
el hombre. Este desarrollo resume la evolución filogenética del hombre; empieza en
el tercer mes de embarazo y normalmente termina hacia los seis años y medio. Esto
que se produce en todos los mamíferos, en el hombre progresa verticalmente por la
médula espinal y por todas las regiones del SNC, hasta el nivel del córtex. El
desarrollo final específico del hombre se realiza en el córtex y se lateraliza (de
izquierda a derecha o de derecha a izquierda)”. También afirma que: “Para ser
completamente humano, el hombre tiene que ser capaz de utilizar el lenguaje. El
lenguaje es el resultado del desarrollo filogenético del sistema nervioso. El lenguaje
es el resultado del desarrollo y de la organización de su sistema nervioso”.
Pondremos mucha atención en esta última afirmación que en resumen quiere decir: “El
lenguaje no se puede desarrollar sino hay previamente una base de organización
neurológica adecuada. Y la organización neurológica es descrita como el desarro9llo
ontogenético, o sea las etapas que el niño tiene que pasar hasta ponerse de pie y
desplazarse, alternando el avance de los pies o andar. Cuando yo comprendí que
había descubierto la descripción de lo que R. Steiner nombra el proceso de andar, fue
como si hubiera descubierto el Paraíso perdido.
REORGANIZACIÓN NEUROLÓGICA
Temple Fay y sus compañeros observaron que los niños normales de cualquier
civilización del mundo, durante su crecimiento, todos hacían siempre los mismos
gestos estereotipados y los nombraron “patrones”. También pudieron observar que los
niños que presentaban lesiones cerebrales no podían hacer estos movimientos. Con
esto pensaron: “Si hiciésemos hacer estos movimientos o patrones a los pacientes,
aunque fuera pasivamente, ¿podría ser posible que su sistema nervioso aprendiera y
más tarde lo hiciera por encargo? Y así lo hicimos, y pudimos observar que realmente
el niño hacia estos movimientos”.
Pero además se dieron cuenta que a veces el desarrollo se hacía normalmente como
si se hubiera quitado un bloqueo. Después de los “patrones”, fueron incluyendo los
otros movimientos que corresponden al desarrollo natural de los niños, como rodar,
rastrear, gatear, etc. Los resultados fueron los mismos. A este procedimiento lo
nombraron la Reorganización Neurológica, con esto se entiende la recapitulación del
desarrollo ontogenético, etapa por etapa, siguiendo la misma secuencia que en el
desarrollo normal.
Para mí que era logopeda y que buscaba una terapia capaz de preceder a los
síntomas, esto fue un gran descubrimiento. Acordándome de lo que había dicho
Steiner, que el proceso de andar conducía a la palabra (por esto entendemos
cualquier tipo de lenguaje) me convencí de haber encontrado mi camino. Empecé a
aplicar esta terapia a unos niños y a otros no. Me di cuenta de que los que se habían
beneficiado de la RON (Reorganización neurológica) habían mejorado de manera más
rápida y efectiva. La utilicé para todos los casos de trastornos de la palabra y del
lenguaje con resultados muy positivos. La RON trabaja el cuerpo, y éste es el
precursor del lenguaje oral, del aprendizaje de la lectura y de la escritura. El lenguaje
gestual y la mímica, aparecen mucho más temprano que la palabra articulada. Es
importante aclarar que la RON no es el único procedimiento que nosotros utilizamos
durante la terapia. La RON nos sirve de base para todos los casos, pero también
practicamos otros ejercicios según cada perturbación o las necesidades específicas.
Cuando fui consciente de lo que para mi era un gran descubrimiento, el hecho de
encontrar este camino por el que sentí mucha afinidad, pensé que sería beneficioso
transmitir este método a mis colegas. Y me quedé muy sorprendida al ver como era
criticada. Así mismo lo que más me importaba eran los resultados tan positivos que
tenían mis pacientes, y como estaba convencida de su validez, seguí mi camino.
Empecé a estudiar neurología, pues yo quería saber por qué un método tan sencillo,
tenía tan buenos resultados.
No tengo tiempo aquí de explicaros todo lo que aprendí, pero cada día estaba más
convencida que este método era válido, y me daban mucha pena las personas que lo
criticaban. Continué estudiando y aún continúo estudiando, y cuanto más estudio más
me doy cuenta de que estoy en el buen camino.
FUNCIONES NEUROVEGETATIVAS
Como logopeda, me parecía que al método creado por Temple Fay le faltaba algo para
completarlo. Dentro de su filosofía, él afirma que si un niño no consigue completar una
actividad, por ejemplo gatear, no se le tiene que entrenar a hacerlo, sino que es mejor
trabajar las actividades precedentes al gateo.
Sabiendo que las Funciones reflejo-vegetativas (respiración, succión, masticación y
deglución) son conocidas como funciones pre-lingüísticas, o sea que preparan la
neuro-musculatura para que sea posible la articulación de los fonemas, de las
palabras, de la palabra global; empecé a observar que los niños que los niños que
presentaban problemas de palabra (principalmente parálisis cerebral) tenían estas
funciones muy estropeadas y que los afásicos las perdían. Siguiendo el mismo
razonamiento filosófico de T. Fay, en vez de intentar corregir la palabra y la
articulación propiamente dicha, empecé a trabajar específicamente las funciones
esenciales, pre-lingüísticas. Los resultados fueron tan prometedores que estas
actividades formaron parte de “mi RON”.
Ya sabemos que son los propioceptores, que mediante todo el sistema nervioso
conducen al córtex los estímulos y las informaciones para que el homúnculo de
Penfield se identifique, y provocando como consecuencia lo que conocemos como el
Esquema Corporal. Es el procedimiento natural de madurez que hará que las
estructuras neurológicas sean operacionales. El individuo que tiene su Homúnculo
bien impregnado o sea su esquema corporal maduro, puede realizar cualquier
movimiento con su cuerpo y también los movimientos para hablar. Todos los
movimientos hechos durante los ejercicios de la RON forman parte del potencial
genético humano y conducen a la propiocepción de los músculos (haz neuromuscular),
de los tendones (órganos neurotendinosos), y de las articulaciones (receptores de las
cápsulas articulares). Todos estos propioceptores también se encuentran en la zona
bucal, y también forman parte del potencial genético humano. De manera que, la
incorporación de los ejercicios de las Funciones Neurovegetativas, pienso que
completa de manera significativa el método original de RON.
Por otra parte me gustaría dejar claro que mi método terapéutico tiene diversos
aspectos diferentes a los propuestos por Doman y Delacato. Yo trabajo con otra
orientación, sobretodo porqué en el fondo de lo que yo hago está la filosofía
antroposófica de Rudolf Steiner.
El método pedagógico de Steiner preconiza que la alfabetización empieza sólo
cuando el niño empieza a cambiar los dientes. En este momento el sistema nervioso
es evidentemente maduro y esto permite de manera natural el aprendizaje de la
lectura y la escritura. Según esta pedagogía, todo se hace en el momento de
maduración adecuado para cada actividad, nada se anticipa. Cada vez que podemos
decir que un niño es apto o maduro para realizar una acción concreta, esto quiere
decir que ha adquirido la madurez de esta posibilidad en su SNC, en su córtex. No
hemos de querer enseñar a leer a un niño si el centro occipital (de la vista) no se ha
desarrollado, de la misma manera que no podemos intentar hacer caminar un niño de
4 meses. Siempre tenemos que respetar la madurez neurológica, y por esta razón es
tan importante conocer las diferentes etapas evolutivas. Hay muchos autores que
hablan de este tema, pero personalmente pienso que la información más completa
viene del trabajo de Gesell.
Otra diferencia es la secuenc9a de ejercicios. En el método nombrado Doman –
Delacato, y que actualmente se conoce como” Método para el desarrollo del potencial
humano”, se hace un balance del paciente para determinar su nivel de maduración, y
los ejercicios empiezan a partir de aquí.
Von Bekesy hablando del SNC dice: “El SNC es una alambrada compleja de circuitos
de alimentación. Dando los impulsos más primarios, los caminos se abren y otros
circuitos nuevos se pueden formar”. Por este motivo yo siempre empiezo por los
ejercicios más primarios, continuamos y seguimos en cada sesión todas las etapas
naturales de la evolución.
Los dos métodos cambian en la intensidad y en la frecuencia de los ejercicios. En el
método Padovan las sesiones duran generalmente 45 minutos, dos veces por semana.
Esta frecuencia la aumentamos sólo para los casos más graves. Cada ejercicio se
repite varias veces, según las posibilidades físicas o las necesidades de cada paciente
o de cada trastorno, intentando evitar al máximo el cansancio muscular.
Otra diferencia es por el hecho de la presencia de los padres durante las terapias.
Creo que los padres son importantes para la terapia de sus hijos, pero sólo como
padres, que observen, acompañen e informen de los problemas y de los cambios que
llegan a sus hijos. No es fácil tener dos funciones juntas: el de padre y el de
terapeuta. Como las dos funciones son tan importantes, yo siempre pido que uno de
los dos padres (normalmente es la madre) asistan a todas las sesiones. Su presencia
tranquiliza al niño, y el padre o la madre tienen la ocasión de saber lo que le pasa.
Incluso a veces para según qué ejercicios, podrán ayudar al terapeuta.
LOS EJERCICIOS DEL MÉTODO
Estaría fuera de lugar querer enseñar un método en cuatro líneas, (aunque sea sencillo pero de
aplicación difícil), pues los ejercicios tienen que ser perfectos para que el SNC sólo
reciba las informaciones correctas.
No obstante existen gabinetes donde os podemos aplicar este método como parte de la terapia y programa de rehabilitación de dificultades de aprendizaje, si así lo requiere el paciente y su patología.